martes, 24 de mayo de 2011

¿El amor? Saque su número




El otro día después de sacar número en una farmacia y esperando que llegue mi turno observé a dos ancianos parados frente a mí, parecían muy unidos, se asemejaban bastante,(dicen algunos que las parejas a medida que envejecen se van pareciendo) compraban todo un arsenal de remedios, rondaban los ochenta años y se los veía felices, como novios. Después de observarlos contemplativamente, no se me ocurrió pensamiento más delirante e improductivo que preguntarme: ¿qué pasaría si encontrar "la pareja ideal" fuera tan seguro como sacar un número y sentarse a esperar?, así como existen las farmacias, existirían las tiendas de amor, decoradas con papel tapiz color rosa y corazones de tela rellenos de algodón y encaje colgando del techo. Pude imaginarme sentado, esperando mi turno con el número en la mano, estampado con la figura de Cupido, la mujer que atiende (por supuesto un mujerón infernal) me llama, y por detrás del mostrador a través de una puerta con forma de corazón, aparece una bella mujer, nueva de paquete, se produce un intercambio de miradas en primerísimo primer plano (al más puro estilo hollywoodense), y quedamos flechados para siempre. El verdadero amor.

Mucha gente comparte la idea de que la media naranja anda rodando por algún lado y que tarde o temprano se te cruza en el camino, algo así como la metafísica del destino. En primer lugar la frase "verdadero amor", me suena algo ambigua y escurridiza. ¿Cuál es ese?, ¿el que trasciende las fronteras de clase, edad y cualquier condición, el de las telenovelas, cuando la mujer de pueblo (esa muerta de hambre, como es usualmente calificada por la suegra malvada) finalmente se casa con el estanciero rico?, ¿es el que viene pegoteado a los peluches rosa de las tiendas de regalos (mientras más grande mejor) y que llevan entre pezuñas un corazoncito rodeado de encaje y decorado con la frase más gastada de la historia?, ¿es proporcional a las rimas logradas en una poesía escrita a mano y depositada de incógnito, en algún bolsillo de la mochila?

Apelando a la sabiduría popular, la gran mayoría de las madres y abuelas parecen estar de acuerdo en algunos puntos, por ejemplo que “el verdadero amor es el que dura para toda la vida”, de esta idea se desprende la vergonzosa conclusión lógica de que por más de que hayamos estado con alguien por mucho tiempo, solo al final de la vida vamos a saber si fue el verdadero, una mala señal seria que al abuelo se le haya ocurrido escapar con una de treinta. El amor falso quedaría evidenciado también a más corto plazo, en el mal llamado amor fugaz, (del que no están inmunes los abuelos) pero peor conocido como calentura. Este se presentaria como un espejismo, repentino como un rayo, ruidoso, estrepitoso, y en algunos casos, desastroso, si tenemos en cuenta la cantidad estadística de niños no deseados.(se me ocurre que debe haber una ley de Murphy que diga: "Cuando una concepción sea poco deseada, o fruto de una relación sexual casual, será más probable que suceda").

Otra idea bastante popular (y a más corto plazo) es que “el verdadero amor verdadero es correspondido, se hace de a dos, mejor dicho: ni te estreses por aquella rubia no te dio ni cinco de pelota. Como se habrá dado cuenta, haya o no un sesgo de verdad en esta afirmación, puede utilizarse para una buena causa, por ejemplo como una racionalización, justificación, para dejar más tranquilo al desgraciado/da que no tuvo éxito en su conquista, porque, después de todo, "ya le va a llegar la indicada" (plus: el destino) y esta fue solo una piedra en tu camino. Por último, si existe el falso amor, se me ocurre que también debe existir el amor falsificado, que a diferencia del anterior, es más bien mal intencionado, fabricado con malos materiales, grotescamente fingido, forzado y trillado. Cuando de este tipo de amor son víctimas las mujeres, el hombre, se siente guiado en pos de un "fin superior" es decir, el simple y llano revuelque. Esta falsificación también puede ser ensamblada por féminas, sobre todo, y en el mayor de los casos aquel "fin superior" es más un interés por algún que otro billete o la totalidad de la fortuna del infortunado varón,que en este caso para él se convierte en la compra más cara de su vida.

Sea como sea, más allá de divertidas especulaciones, a mí la sabiduría popular no me convence demasiado, es bueno buscar en otras fuentes, y como no recurrir a la ciencia, basada en evidencias y refutaciones, en investigación rigurosa, y no existe ente menos romántico que un psicólogo digno heredero del conductismo, con quien tuve la suerte de tocar el tema

Psicólogo: Eduardo, el amor puede ser calificado como un intercambio mutuo de refuerzos, mientras estos que se mantengan el amor continuara. El enamoramiento, puede compararse con una enfermedad mental, el afectado distorsionar la realidad, no puede ver a su objeto de amor como realmente es, y es en ese momento en donde se toman las decisiones más importantes (matrimonio).

Eduardo: Callado, atento, a sus pies Cupido muerto y pisoteado, sangrando.

Como si esto fuera poco, el famoso Sigmund Freud considero al amor, como una sublimación del instinto sexual. (hablamos del mismo hombre que dijo que a los cuatro años deseamos acostarnos con nuestra madre y asesinar a nuestro padre, que a mí en lo personal no me consta, pero sí que mi padre me haya querido asesinar en varios momentos de su vida). Pero si el lector quisiera un poco de aire fresco, mejor lea a Eric Fromm, que se dedicó a escribir sobre el amor, sobre todo en su famoso libro “El arte de amar” (muy recomendable para regalo de San Valentín o de cumpleaños) en donde reivindica el amor como algo más espiritual, que debemos aprender y no simplemente esperar que nos suceda.

Finalmente, apelando a las últimas tendencias de la ciencia, específicamente a la neurociencia, que se ha puesto tan de moda, no puedo dejar de nombrar un gran descubrimiento, los neurocientificos han identificado por medio de técnicas de RMf (Resonancia Magnética funcional) el sector del cerebro que entra en actividad cada vez que nos enamoramos, después de exponer a una cantidad considerable de sujetos a una fotografía de Larisa Riquelme (fig 1) se han obtenido imágenes muy reveladoras (fig 2)

fig 1


Fig 2

Para rendondear mi opinión actual se resume así:

Primero, siguo pensando que existe dos cosas que suceden menos frecuentemente de lo que parece
1-Las malas noticias, cada vez que roban los zapatos de la suegra en el parque tenemos la noticia caliente, sin tener en cuenta que ayer varios miles de suegras salieron a caminar y volvieron con todas sus pertenencia a cuestas.
2-El final feliz de las películas denonimadas comedias romáticas, porque desde que Jarry conoció a Sally no pararon de conocerce una o otra vez (en la pantalla) por sobre todo paseando por las calles de Nueva York y sus alrededores.

Segundo, podemos definir al amor como eso que nos pasa a veces y que no sabemos bien qué carajo es.

Tercero, por suerte, y para hacer la vida algo más interesante y divertida, creo que no existe ley ni predeterminación, ni adivina bien paga que lo capture, por supuesto, existen muchas más probabilidades de tener compañía hasta los ochenta que terminar muerto en un Tzunami o baleado en fuego cruzado entre Osama Bin Laden y el escuadrón de élite "Seal Team 6" norteamericano. Mientras tanto, si usted es de aquellos que anda soltero y esperando que algo suceda, tiene mucho sentido inscribirse en algún gimnacio, invertir en una buena camisa y un perfume Hugo Boss, cultivar la buena amistad y cada tanto comprarse un número de la loteria nacional, que en nada se parece a sacar un número en la farmacia, pero ese es el punto, es mas emocionante retar al azar.