miércoles, 29 de diciembre de 2010

La ciencia de la Navideñologia


La ciencia de la Navideñologia intenta explicar el extraño comportamiento del ser humano asociado al fenómeno de la Navidad.

Uno de los aportes más interesantes de esta ciencia, es el descubrimiento de que a partir del Homo Sapiens , evolucionaron paralelamente otras ramas Homos, que se diferenciaron cada vez más de la especie original. Puede rastrearse el origen de esta diferenciación en la primera navidad, es decir, el mismo nacimiento del niño Jesús, momento en el que una serie de mutaciones genéticas presumiblemente fueron causadas por una radiación que habría sido originada por la estrella de Belén.

Debido a que la Navideñologia es una ciencia joven y no existe un consenso ni suficiente información, decidí hacer mi propio estudio del tema y aportar un grano de arena. He Aquí algunos datos que pude recoger después de un intenso estudio de campo:

Podrían diferenciarse a grandes rasgos ocho ramas paralelas que agruparían las principales mutaciones genéticas de las cuales es responsable la Navidad, estas a su vez podrían derivarse en combinaciones y también en sub - tipos, objetivo que ya está fuera del alcance y ambiciones de este modesto aporte.

Homo Navideñus Ateus.

Como este espécimen no comparte creencias cristianas, la navidad puede significar para el otro pesado coctel de dogmas religiosos y consumismo desenfrenado, acompañado de un constante acoso de músicas, canticos, películas, lucecitas y decorados de mal gusto.

En general esta acostumbrado a vivir en un mundo religioso y es un experto en disimular su astío, que solo puede revelarse con un poco de hostilidad si el acoso es muy pronunciado, por ejemplo, si se siente obligado a ir a misa o si algunos familiares cercanos aprovechan la ocasión para insistir en su tan anhelada "conversion".

Homo Navideñus Profundus

Se adhiere desde lo mas profundo de sus creencias cristianas y festeja el nacimiento del niño Jesús. Ellos se regocijan en el milagro de la inmaculada concepción acaecido hace ya dos mil años, por lo general tienen una vivencia muy personal del tema y hacen una separación muy clara entre lo que es la fachada consumista y comercial de la navidad, y la vivencia religiosa. Es el tipo mas espiritual de homos navideños.

Homo Navideñus Boludus

Dicen ser creyentes, pero lo que lo mueve es la costumbre y la inercia que lo empuja a comprar regalos, desempolvar arbolitos, ir a misa para pararse, sentarse, pararse y sentarse, repetir y repetir.

Para él la Navidad es un ritual más que hay que cumplir al pie de la letra, como si esta fuera una forma de mantener el mundo funcionando. Puede que anden muy alterados en esta época, y como no estarlo, si en el shopping esta duro el estacionamiento y además no todavía no sabe que ponerse en noche buena.

"Cumplir" es la palabra clave para el Homos Boludus, y si repentinamente parece haberse detenido a reflexionar sobre la Navidad, que no te engañe, lo mas probable es que este meditando sobre si al suegro le va a gustar más la media a rayas o la a cuadros.

Homo Navideños Depresivus.

Seguramente usted amable lector ha oído hablar de la “depresión de navidad”, bueno, de alguna u otra manera, podemos decir que casi todos somos por un corto instante, víctimas de esta mal, quizás cuando te diste cuenta que la abuela no está, o que tu ex-mina este año va a rematar noche buena con algún otro nuevo amigo, pero el caso de Navideños Depresivus es crónico, despilfarra mala onda, como si fuera gratis, y lo peor de todo es que se contagia fácil.

Puedes encontrarlo llorando solo en el baño, y con la puerta semi abierta, para que alguien lo vea y sienta pena, o tirando frases desubicadas durante la cena, por ejemplo dándole un tono algo sombrío a la alegría del brindis, al nombrar a algún fallecido. Este marsupial suele ponerse algo peor cuando el alcohol es parte de la ecuación, lo que sería difícil de evitar, después de algunas copas mejor alejarse si no desea ser salpicado.

Homo Navideñus Empedus

Bien conocido por usar la navidad como excusa para brindar más de la cuenta, generalmente es el quien se ocupa del "tema trago" cuando la celebración es en su propia casa, o cuando la celebración es en casa de algún pariente, llegara con su propio suministro de Whiskey o Cerveza por si falta. Si es joven, luego de pasada la media noche puede seguir la parranda con los muchachos toda la noche en cualquier antro, siempre acompañado de la bebida espirituosa.

Esta raza alimenta las estadísticas de accidentes al volante, su filosofía de vida parece resumirse en la frase “Si hay que morir, que lindo seria morir en navidad”. El Navideñus Empedus es el más peligroso de los especímenes nombrados, lo más recomendable es no salir con él, y hacerse el tonto, si pretende llevarle a su casa.

Homo Navideñus Fanaticus.

Si todo el año se la pasaba hablado de “El Señor” ahora parece haber tomado un impulso bastante justificado, se excede con las oraciones y no cesa en hacernos recordar que “El niño Jesús vino para morir por nuestro pecados”. Por lo general los Hommos Fanaticus son de la estirpe diezmante, se sentirá a gusto en su culto y tratara de transmitir el espíritu a los demás Homos por más que se encuentren visiblemente desinteresados.

Puede llegar a una acalorada discusión con algún Homo Ateus Insurrectus, si es que tienen la desafortunada suerte de compartir noche buena con uno de ellos. Podríamos tomar como su lado positivo el hecho de que tratara de levantar el ánimo a cualquier Hommo Depresivus que encuentre con el eslogan “no estés triste, Jesús te ama” y “ la abuela nos acompaña desde el cielo”, y de mas esta decir que sermoneara a diestra y siniestra a los Homo Empedus que encuentre a su paso.

Homo Navideñus Indiferentus

A este todo le chupa un huevo. En noche buena baja un rato a saludar a los parientes y a comer y tomar lo que se pueda, si le preguntas ¿que significa la navidad para vos? , pensara un rato, se rascara la cabeza y responderá: ¡che vos que andas tan profundo!. Este individuo puede definirse como creyente aunque nunca se puso a pensar seriamente sobre el tema, por lo que en la vida practica se parece más a un ateo.

Homo Nadideñus Ostentosus

Esta raza se caracteriza por la exageración, compiten todo el tiempo, necesitan destacarse por tener el árbol de navidad más grande, el pesebre más decorado, y puede llegar a convertir su casa en un verdadero hito urbanístico. Puede decorar la entrada de su casa con una impresionante estrella de belén tan grande que podría ser confundida desde lejos con un cometa, o fotografiada por un transeunte desprevenido creyendo que vio un OVNI.

Se caracteriza por el mal gusto, y posee mucho dinero, bienes que adquirio de manera acelerada, este es uno de los motivos por el que se encuentra culturalmente incapacitado para diferenciar lo que es exagerado de lo que no es.

El combustible de su obsesión es la adulación y las menciones de sus “amigos” sobre el espectacular pesebre, cree firmemente que con su despilfarro además está agradeciendo a Dios todo lo que le dio en tan poco tiempo, utilizando como medio en muchos casos bienes públicos y del estado.

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Hasta aquí llegan mis hallazgos en este difícil campo. Como todo estudio científico es cuestionable e incompleto, y puede ser rebatible por nuevos hallazgos, es así como la ciencia funciona. Siéntase libre de ir agregando nuevos datos y nuevos descubrimientos que puedan contribuir a un más acabado estudio y hacer así progresar a la ciencia de la Navideñologia Humana.


lunes, 20 de diciembre de 2010

Una cuestión de fe.

A todos aquellos que no profesamos creencias religiosas, o no nos adherimos a ningún dogma, se nos conoce como hombres de poca fe.

A veces me pregunto qué es verdaderamente la fe, si la que tanto proclaman los religiosos es la única que el hombre puede tener, quizás la fe del ateo no se caracterice por rezar el Padre Nuestro, ni en el Ave María, tampoco por imaginar y caracterizar seres superiores, y buscar en cada amanecer la evidencia de su existir.

Pienso que quizás la fe va más allá de eso, en el fondo, en lo más profundo del abismo, cuando la luz ya se ha ido, y cuando las esperanzas son pocas, poder ser optimista, mirar el lado positivo, creer que de alguna manera se puede escalar, ascender, poder imaginar un futuro mejor, y buscar los medios para conseguirlo, es la fe en uno mismo.

Por eso en mi opinión, la fe no necesita de lo sobrenatural, es una convicción humana, es la energía que extraemos del pensamiento optimista, de pensar que es posible estar mejor, e ir por lo que queremos, es la fe que tampoco necesita del éxito, porque como humanos podemos fracasar, y no se acaba el mundo.

Celebremos estos días esta fe, ateos y cristianos, que es la fe que nos une y no la que nos separa. Celebremos el nacimiento de la esperanza.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

La tierra sobre la madera


Me encuentro siguiendo con los ojos atentos el camino de la tierra, desde la pala a la madera, asisto al triste entierro del abuelo de una amiga muy querida, la tierra se amontona, una de sus hijas tira flores sobre el cajón.

Entre cruces y fotos de difuntos, me doy cuenta de que estas situaciones siempre provocan en mí, más que una tristeza, una sensación de mayor conciencia de mi propia vida, de autoevaluación, son un paréntesis, como mirar desde afuera y preguntarme que tan bien estoy viviendo, qué importancia le estoy dando a las cosas importantes, y como estoy lidiando con mis fantasmas.

Cuando era niño siempre fui excesivamente miedoso, odiaba pasar frente al cementerio, acostumbraba compartir la habitación con mi hermano, lo que servía de consuelo y auxilio ante la probabilidad de alguna aparición sobrenatural. Lo peor que me pudo haber pasado durante la niñez fue tener mi propia habitación, después del beso de buenas noches mamá desaparecía dejando cerrada la puerta, me quedaba en la obscuridad, con los fantasmas.

Hoy día tengo la opinión de que los fantasmas no existen, creo que los verdaderos fantasmas están dentro de uno, los he bautizado con diferentes nombres, soledad, inseguridad, culpa, miedo, ellos nos hacen la vida un poco más difícil, más angustiosa.

Estoy lejos de exorcizar estos fantasmas de manera definitiva, pienso mientras voy saliendo del cementerio, a veces aparecen cuando estamos solos, en la obscuridad de la noche, al final del día parecen cobrar más fuerza. Sinembargo vale la pena el esfuerzo, si no se gana la guerra, puede ganarse alguna batalla, la batalla del día de hoy, y si no se gana hoy, se ganará mañana.

Es esencial hacer el intento, antes de que la tierra caiga sobre la madera.