martes, 3 de agosto de 2010

Al diablo con el Diablo



La otra noche aguardando en el semáforo rojo de Mariscal López y Perú con mi novia, a altas horas de la madrugada, decidí, como es costumbre negarme al atento servicio de un limpiador de vidrios , quien no encontró mejor frase para dedicarme que “ Que Dios te mande al infierno”

Tan inspirada y terrible sentencia me hizo reflexionar sobre ese tan misterioso y temible ser, el Principe de las tinieblas, el Diablo, Lucifer, el Demonio, y recordar que ha estado, directa o indirectamente en nuestras vidas desde nuestra tierna infancia.

No pocos recordamos haber visto a temprana edad la escena de Tom y Jerry en que Tom desciende a los infiernos para caer en una gran olla en donde le espera el Diablo, representado por el perro bulldog con un tridente que lo clava un y otra vez. Como no recordar también el célebre giro de 360 grados de de cabeza de Reagan, la niña poseída en la película "El exorcista", no solamente por la envidia sana que le teníamos por poder realizar semejante proeza (imagínese por ejemplo, no tener que moverte de la silla para poder hablar con el compañero de atrás) sino también porque dio un giro a nuestra infancia, nos hizo pensar en posesiones demoníacas, gastar más electricidad por las noches al dejar prendido algún velador o la luz del baño para dormir ,y ser el motivo de reiteradas pesadillas y corridas frenéticas a la habitación de los padres para buscar algo de “protección” momentánea después de escuchar algún ruido “raro”, todo esto solo para que luego venga algún adulto con aire tranquilizador a decirnos, “pero mi hijo, los fantasmas no existen”, y uno le pregunte, y los demonios?, y responda con un .. mm y eso sí..

También recuerdo en los años de colegio secundario el furor del satanismo y el exorcismo fue causa de persecuciones a supuestos”satánicos” con aires de metaleros malevos, pelo largo y remeras de Iron Maiden, víctimas de la cultura del “chake Satán”, y de disparar rumores de supuestos suicidios de jóvenes que participaban en cultos en los que perdieron la cordura porque “con eso no se juega” he i la abuela.

Nos enseñaron que todo lo “raro” viene de la mano del Diablo, lo hicimos responsable indirecto de toda actividad no relacionada o condenada por la Iglesia, la adivinación, el espiritismo,la astrología y afines, y responsable de los famosos rumores que corrían de que fulano o mengano, que es muy famoso tiene éxito porque “hizo un pacto con el diablo” . Como no recordar los famosos videos que te llevaban al colegio para mostrarte los “mensajes subliminales” que emergían cuando las músicas se ponían al revés porque era asumido que el Rock era “música del Diablo” tanto que hasta los Rollings Stones le dedicaron un tema.

Irónicamente también aprendimos a esperar justicia haciendo al Diablo nuestro aliado para castigar a todo ser que no cumpla nuestras expectativas de bondad y buena voluntad, asesinos, maleantes, violadores, malos hijos, novias infieles y hasta políticos, porque “total si acá no se hace justicia, en la otra vida se hará” y así pudimos dormir tranquilos esperando para ellos los más crueles y eternos castigos. Y como no, también nuestro aliado se encargo de despojarnos de ciertas responsabilidades, al sentenciar “fui tentado por el Diablo” hasta podría uno ser catalogado de “victima incauta” de tan malintencionado ser.

Pero hay algo de lo que no podemos reprochar Mefistófeles, el príncipe de las tinieblas, la legión, el gran y único responsable de la maldad en el mundo, el horripilante y siniestro ángel caído que nos tienta con el lado pecaminoso de la vida, y esto es que vende, vende películas, vende libros, vende música, vende religiones, y por otro lado, se encarga de que hagamos exactamente lo que se espera de nosotros, que seamos obedientes y sumisos, buenos niños, no mintamos a papá y mamá y hagamos toda la tarea y por las noches las oraciones.

Es por eso y por otros motivos que mucha gente le desea una buena salud y una prospera y larga vida, y no es para menos, porque gracias a él un limpiador de vidrios podrá consolarse con la esperanza de que algun día, llegado el momento de mi muerte, seré castigado con los más terribles torturas del inferno.

2 comentarios:

  1. Qué bueno está!!! Me encantó jejej
    Aunque nunca envidié a Reagan por girar así la cabeza.. eso siempre me dio miedo :p

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